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Juan sin Credo

Barrio Cero

Barrio Cero

La resaña con seña

 

Se oye comentar a la gente del lugar que Juan sin Credo ha leído la última novela de Javier Reverte, Barrio Cero, galardonada con el Premio Fernando Lara 2010, y publicada por el Grupo Planeta en junio de 2010.

 

Parece que el narrador está en primera persona; su voz está representada por la infatigable Mamá Romero, enésima reproducción de una Madre Coraje. Voz que se convierte uno de los aciertos de la novela, pues la expresión verbal refleja con meticulosa precisión la extracción social y cultural del personaje.

 

Parece que el contexto histórico se centra en la actualidad. En la novela, por ejemplo, se nombran los euros y se muestran algunos otros datos, como las diversas leyes o sensibilidad social hacia la violencia de género, que hacen pensar que la narración se ancla en el presente; en cambio el ambiente de los hechos narrados puede confundirse, más bien con el de la década de los ochenta, cuando la heroína hizo estragos entre los vástagos del proletariado.

 

Parece que el tiempo de la narración acaece en un invierno, pero la novela comienza in media res, justo en el momento que Mamá Romero acuchilla al Coyote. Las dos primeras partes, de las tres en las que se divide la obra, se dedicarán a hacer un recorrido por la biografía de Paquita Romero, que en el momento final de los sucesos narrados cuenta con treinta y cinco años. La última parte, a modo de apoteosis, narra el tiempo que va desde el asesinato hasta el juicio, con todo el ruido mediático que convierte a Paquita en un heroína suburbial.

 

Parece que el espacio se ubica en un barrio obrero de Madrid. En la novela se cita a Vallecas o Carabanchel, aunque el poblado chabolista, punto de venta de la droga, tiene el nombre ficticio de Cerro Misericordia y la Colasa; lugares perfectamente identificables con el gran Centro Comercial de la droga en el que se ha convertido la Cañada Real Galiana, en el límite entre los municipios de Madrid, Rivas y Getafe.

 

Parece que, indiscutiblemente, la protagonista absoluta es Mamá Romero, que lucha infatigablemente por sacar a su hijo Jonathan, con sólo catorce años, de la heroína. Su vida ha estado plagada de violencia; su padre, un gitano pacense, pegaba a su madre, igual que su marido Rubén le pegó a ella, aunque afortunadamente murió atropellado por un automóvil, como consecuencia de una enorme borrachera. Román Iliescu, alias el Coyote, será otro de los canallas de la novela, que abusará sexualmente de Paquita y que, finalmente, pagará con su vida tanta frustración acumulada.

Sin embargo existe un universo de personajes que ayudan a mitigar tan miserable existencia  como la del comisario don Nicolás, un hombre en edad madura que será capaz de otorgar la sensibilidad necesaria para que Paquita termine enamorándose de él. También la abogada Mercedes Carrión jugará un papel importante dentro de los acontecimientos que se sucederán después del asesinato del Coyote.

Otros personajes secundarios son la vecina Espe, el camarero Juanito, del bar El Dorado, el médico don Aniceto o el cura don Lucas; personaje siniestro, perteneciente a la congregación Camino Neocatecumenal, que recibirá una lección, poniéndose en duda de juicio la peculiar visión cristiana de ayudar al prójimo que tienen estas sectas ultraconservadoras.

 

Dicen que a Juan sin Credo esta novela le ha parecido el culebrón del verano, producto de la factoría Disney, con un final féliz, a la vez que cada vez cree, más firmemente, que la mayoría de los grandes premios literarios no valoran la calidad artística, sino la comercial, de las obras narrativas que, en este caso, premian y, por último, piensa que Barrio Cero podría obtener pingües beneficios en los mercadillos semanales y en los supermercados de segunda, tipo Lidl y Día, de los barrios obreros que la misma novela representa.

(El autor)

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