Blogia
Juan sin Credo

Los amantes

Los amantes

La resaña con seña

 

Se oye comentar a la gente del lugar que Juan sin Credo ha leído la última novela -octava de la serie "Detective CHARLIE PARKER"- de John Connolly, Los amantes, traducida por Carlos Milla Soler y publicada por Tusquets Editores en febrero de 2010.

 

Parece que el narrador se divide hasta en tres voces distintas, una la del narrador principal, que todo lo sabe, en tercera persona. La segunda voz está configurada por la del propio Charlie, en primera. Mientras, la tercera voz, en cursiva, es de difícil atribución; en un primer momento parece que pertenecía al periodista Mickey Wallace, pero con su asesinato su opción se desvanece, presentándose la posibilidad de ser una voz dirigida por los espectros familiares de Charlie -Susan y Jennifer- mujer e hija matadas cruelmente por el asesino en serie apodado El Viajante, hace más de una década.

 

Parece que el contexto histórico se centra en el presente más reciente; diversos datos así lo corroboran, como, por ejemplo, una indicación hacia la campaña electoral del actual presidente norteamericano Obama. No obstante, en ocasiones, la acción se retrotrae para dar cuenta de los episodios sucedidos a Will Parker, padre de Charlie, desde la mitad de la década de los 60 hasta que, en 1982, asesina a la pareja de amantes y acaba, momentáneamente, con su vida. Por otro lado, el tiempo de la narración transcurre en los meses de invierno y el inicio de la primavera; pues en la narración se habla de las nevadas, de la fecha de san Valentín, etc.

 

Parece que el espacio de la narración es múltiple y se disgrega en varios escenarios. Dentro de éstos se pueden señalar el bar The Great Lost Bear, en Portland, lugar donde trabaja Charlie, Pearl River, barrio de Nueva York, donde transcurre la infancia de Charlie, Bensohurst, lugar en el que habita Jimmy o Bay Ridge, el barrio residencial en el cual vivió Charlie con Susan y Jennifer.

 

Parece que el protagonista es, como no, Charlie Parker, el famoso detective, ex policia, que en el momento presente de su última aventura carece de licencia y se dedica a investigar el extraño suceso que llevó a su padre a pegarse un tiro para acabar con su vida. En la segunda línea del escalafón de los personajes, se encuentran Jimmy Gallagher o Eddie Grace, compañeros del padre de Charlie, testigos principales de los extraños acontecimientos que precipitaron el suicidio de Will, el rabino Epstein o el malogrado escritor de la interrumpida biografía no autorizada de Charlie, Mickey Wallace.

 

Parece que tampoco se deberían olvidar las presencias paranormales de los amantes Semjanza y Ammael, encarnados, respectivamente, en último instante, por la atractiva Emily Kindler -asesina entre otros de la familia Faraday y de Melody McReady, así como de su novio Wade Pearce- y por su demoníaca pareja, el antiguo camarero del Great Lost Bear, Gary Maser. Completan el carrusel de personajes los amigos de Charlie, Ángel y Loiuse, su abogada Aime Price, su ex-mujer Rachel, el vecino Bob Johnson, la hija del traidor Eddie, Amanda…

 

Dicen que a Juan sin Credo la lectura de esta novela le ha resultado, en ocasiones, espesa, por la cantidad de personajes y escenarios, así como por la introducción en la trama de asuntos esotéricos que desvirtúan el rigor científico y racional de la investigación, aunque reconoce que al final el escritor ejerce con profesionalidad su oficio, cerrando muy bien todos los flancos abiertos durante la presentación de su proyecto narrativo.

Dicen que Juan sin Credo debería familiarizarse más con las aventuras de Charlie para poder sentir la misma simpatía que tiene hacia la figura del detective alemán Bernie Gunther; en cambio está seguro que nunca podrá ocupar el espacio que guarda en su corazón para el insustituible Pepe Carvalho, personaje preponderante del universo figurativo del recordado Vázquez Montalbán.

(El autor)

0 comentarios