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Juan sin Credo

La reseña con saña

Verano

Verano

La resaña con seña

Se oye comentar a la gente del lugar que Juan sin Credo ha leído la última novela del premio nóbel de literatura 2003, J.M. Coetzee, Verano, traducida por Jordi Fibla Feito,publicada para España por la editorial Random House Mondadori en abril de 2010.

 

Parece que el narrador alterna entre la primera y la tercera persona. Destaca el formato de la entrevista para obtener las opiniones sobre un Coetzee previo a su fama literaria, sacadas de varias mujeres que le conocieron durante esa época.

 

Parece que el contexto histórico se centra en la década de los setenta, momento en el cual Sudáfrica atravesaba por un periodo de crisis, estando todavía presente la segregación racial motivada por el apogeo del apartheid.

 

Parece que el tiempo interno de la narración varía según la entrevistada o los cuadernos de notas del autor pero ninguno alcanza una franja temporal de más de tres años.

 

Parece que el espacio se ubica en la Ciudad del Cabo, en la vía Tokai o en Wynberg, pero también en las granjas del Karoo y en sus pueblos como Merville.

 

Parece que los personajes principales son Vicent, biógrafo del autor, que selecciona a cinco personajes que conocieron al Premio Nóbel del 2003, durante los setenta y que dan una imagen de Coetzee muy alejada del perfil de intelectual frío que puede interpretarse desde la lectura de sus obras. Las entrevistadas son la Doctora Julia Frank, que mantuvo una relación de adulterio con el novelista, su prima Margot Jonker, que informa al lector sobre una situación pintoresca que tuvo que pasar junto a Coetzee, al quedarse tirados en una carretera secundaria camino de la granja durante la celebración de unas navidades. Otra de las entrevistadas será la madre de una de sus alumnas, Adriana Teixeira Nascimiento, que se formó una idea amarga del narrador. Por último, los compañeros docentes, Shopine Denöel y Martín, ofrecerán, sin embargo, una visión del campo ideólogico del autor, dejando de lado los aspectos humanos presentados por las anteriores entrevistas.

 

Dicen que a Juan sin Credo la lectura de esta novela le ha parecido insuficiente para lanzar una opinión sobre la obra del autor. Dicen que Juan sin Credo piensa que la sociedad sudafricana de esa época tuvo que ser una sociedad enferma y a pesar de su imagen de modernidad que ha podido dar al mundo tras la celebración de unos de los acontecimientos deportivos más importantes del planeta aún se encuentra instalada en los aledaños del tercer mundo donde los blancos todavía gozan de muchos más privilegios que los negros.

(el autor)

Seda roja

Seda roja

La resaña con seña

Se oye comentar a la gente del lugar que Juan sin Credo ha leído la penúltima novela -quinta de la serie "INSPECTOR JEFE CHEN CAO"- de Qiu Xiaolong, Seda roja, traducida por Victoria Ordóñez Divi y publicada por Tusquets Editores en junio de 2010.

Parece que el narrador está en la ya clásica tercera persona.

Parece que el contexto histórico se ancla mediada la década de los noventa, aunque aparezcan elementos de las nuevas tecnologías -no tanto ya los móviles sino los ordenadores portátiles- que parecen impensables en la China pre-capitalista de esos años. La acción narrativa también evoca los tiempos convulsos de la Revolución Cultural, germen de muchas cuentas pendientes en la sociedad china, entre ellas la que se relata en la novela.

Parece que el tiempo de la narración se sucede en cinco semanas de invierno, coincidiendo la última noche con la del Dongzhi, en la que, según la tradición china, se les hacen ofrendas a los difuntos.

Parece que el espacio se ubica, con datos muy precisos, en la ciudad de Shanghai, donde predominan tanto los escenarios abiertos -por ejemplo, el Parque del Pueblo, el cementerio de Liany, en el barrio de Hogqiao, o el bosquecillo de los arbustos en el Bund, entre las calles Jiujiang y Zhongshan- como los espacios cerrados -la Biblioteca de Shanghai, entre la calle de Huangpi y Fengyang, o el Mercado del Templo del Dios de la Ciudad Antigua-

Parece que el personaje principal es el que da nombre a la serie el Inspector Jefe Chen Cao, aunque para el caso que ocupa la novela él se encuentra en excedencia cursando un máster sobre literatura clásica china, basado en la deconstrucción del tema amoroso en textos de Guan Daoshen, poetisa del siglo XIII o en relatos populares como el de el artesano Cui y su mujer fantasma Xiuxiu. Sin embargo, visto el cariz que toman los acontecimientos tras la muerte de la compañera Hong, retoma el caso de manera particular y lo resuelve gracias a su capacidad de relación y a sus numerosos contactos.

Parece que otros personajes son el subinspector Yu Guangming y su mujer Peiquin, fieles compañeros de Cao. La amante de Cao, chica K, Nube Blanca, el jefe de la brigada de homicidios Liao Guachang y el secretario del partido Li Guohua. Importante para el desarrollo de la trama será el abogado Jia Ming, víctima psicológica de la Revolución cultural.

Parece que  entre los personajes menores se encuentran el profesor Bian Longua, director del trabajo del doctorado de Chen, y su hija Fengfeng, Seng Wechang, poeta y especialista en la indumentaria china, o Xiong Ming, fotógrafo jubilado, creador de la instantánea de Mei vestida con el qipao rojo, que tanto juego dará a la novela.

Dicen que a Juan sin Credo la lectura de esta novela le ha resultado muy enriquecedora, en cuanto le ha ofrecido un panorama fragmentado para él desconocido sobre la realidad del gran gigante asiático en los últimos cincuenta años, en cambio como novela adscrita al género policíaco no le ha reportado mucho pues la intriga se deshace mucho antes del final y las características de la personalidad del investigador no están nada definidas.

(El autor)

El amor verdadero

El amor verdadero

 

La resaña con seña

Se oye comentar a la gente del lugar que Juan sin Credo ha leído la última novela de José María Guelbenzu, El amor verdadero, publicado por la Editorial Siruela, en su colección Nuevos Tiempos, en abril del 2010.

 

Parece que el narrador está compuesto de tres voces; la primera es la del narrador omnisciente, el cual se presenta, en la última línea de la novela, con el nombre de Asmodeo (El diablo cojuelo). Un narrador omnisciente de los de toda la vida que interpela, constantemente, al lector con un grado elevado de confianza que permite acercar los hechos haciéndolos muy próximos.

 Parece que las otras dos voces están en primera persona. La primera de ellas, la que más peso tiene dentro de la novela, -de hecho la Parte final corre de su cuenta- es la de uno de los protagonistas, Andrés Delcampo. Una voz que habla desde el presente y que, en el transcurso de una tarde y el principio de una noche, reflexiona sobre el amor verdadero que le une a su esposa Clara; un amor duradero que sólo podrá ser interrumpido por la muerte.

Parece que la tercera voz narrativa se encarna en la figura de Clara Zubia, una voz que irá creciendo conforme va avanzando la trama narrativa. Un acierto formidable por parte del autor que es capaz de ir transformado el contenido psicológico del monólogo interior de la protagonista, que si en un principio es frívolo, abrupto y deshilachado con el transcurso de los acontecimientos se convierte en un pensamiento más sereno, más reflexivo y más enriquecedor.

 

Parece que el contexto histórico se centra en los últimos cuarenta años de la vida social y política en España en una progresión cronológica, sólo interrumpida por la reflexiones de Andrés, primero en la terraza del restaurante al lado del mar Cantábrico y luego en el apartamento mientras contempla el dulce sueño de Clara. De esta manera aparecerán los hechos históricos más relevantes de esta etapa de la historia, como la expulsión de la cátedra de Aranguren y García Calvo, el proceso 1001, el atentado sobre Carrero y la muerte de Franco, el fallido golpe de Estado del 81, la esperanzadora victoria de los socialistas hecha después trizas por los graves casos del corrupción, la entrada en la CEE y en la OTAN, el despilfarro de los Juegos Olímpicos y el Expo de Sevilla, la vergüenza del caso Roldán, la vuelta al poder de la derecha y su mayoría absoluta del año 2000 y la masacre del 11-M, aún fresca en la memoria.

 

Parece que el tiempo interno de la narración coincide con estos cuarenta años, siendo significativo como el autor imbrica la historia con mayúsculas en la cotidianeidad de la vida de sus personajes. En este sentido es magistral la concomitancia de la muerte de Franco con el descenso a los infiernos -al modo de los eternos personajes de Valle, Max Estrella y su secuaz Latino de Híspalis- por los sórdidos tugurios del Madrid del barrio de Argüelles, que realiza Andrés con los tres bohemios, el tío Pedro Cadavia y sus dos amigotes de correrías Juan de Septiembre y el poeta feerico, Juan de Dios Álvarez Palacios, alias John Palacius.

 

Parece que el espacio se ubica en el Madrid de la burguesía, el paseo de Rosales, el Parque del Oeste, así como la Ciudad Universitaria, la calle de Cartagena o la plaza de Manuel Becerra, lugares en los que destacan las múltiples tabernas que se citan como el café Teide, el bar el Avión, el café Chun Chao, la taberna taurina El Sobrero, el bar Melbourne, el local Bourbon o el Mr Picwick. No obstante, los primeros instantes de la trama narrativa ocurren en el pueblo de la meseta castellana, del que los protagonistas son originarios, y, como se ha citado con anterioridad, la novela finaliza con el sonido del mar Cantábrico de fondo.

 

Parece que los protagonistas esenciales son la pareja ideal formada por Clara Zubia y Andrés Delcampo pero también pueden considerarse importantes el tío Cadavia, nigromante causante del hechizo de amor entre Clara y Andrés, cuando contaban tan sólo con cinco años, y la pandilla de amigos, entre los que sobresalen el gigoló, muerto de sida, Héctor, alias Chunchi Mendina, el haciendo honor a su apellido, Luis Bonafé, o el poeta racionalista Fabio Bertoldino.

Parece que entre la multitud de secundarios se pueden rescatar al padre de Andrés, el funcionario leal en el Servicio Nacional del Trigo, Baldomero Delcampo, los amigos Mendo Méndez, el Mendaz -muestra del personaje sin escrúpulos que se quiere enriquecer a toda costa, nacido en la transición del país a la modernidad y del que desgraciadamente todavía campea a sus anchas en los gobiernos autonómicos, provinciales o locales- el novelista de segunda Mateo Perdiz, la tía buenísima Julieta Romero, amiga de Clara desde la Facultad, las hijas de la pareja, Beatriz y Marta, las madres de ambos, fallecidas en un accidente de autobús en viaje del Imserso, Adela, la hermana continuista de Clara, Cosme, el padre de Clara, preboste del régimen y el ángel, hijo de la viuda de Zárate, despreciado por el otrora protegido de su familia Cosme, que terminará en las fauces de los opresores, creando una conciencia de culpabilidad en Clara que será, entre otros, uno de los motivos fundamentales de la intriga narrativa.

 

Dicen que a Juan sin Credo la lectura de esta novela le ha parecido uno de los acontecimientos literarios del año, a esperas de que en los tres meses que aún restan de negocio editorial aparezca alguna otra novela capaz de competir en calidad con esta obra maestra de Guelbenzu.

Dicen que acaso a esta lúcida, entrañable y completísima novela se le puede reprochar una pizca de inverosimilitud en los parlamentos que en ocasiones mantienen los personajes, muy hinchados de retórica, y, por lo tanto, bastante alejados de la lengua oral.

Dicen que la novela está repleta de buena literatura, -aparte de los encabezamientos de cada capítulo, abundan las citas y los versos de los grandes poetas del XX- cine y música y que se convierte en una delicia para aquellos lectores que buscan el deleite y el placer en una lectura ágil a la vez que concienzuda sobre la historia de España en los últimos cincuenta años.

(El autor)

La esposa del Rey de las Curvas

La resaña con seña

 

Se oye comentar a la gente del lugar que Juan sin Credo ha leído el último libro de relatos de Alfredo Bryce Echenique, La esposa del Rey de las Curvas, publicado por la editorial Anagrama en junio de 2010.

 

Parece que la persona narrativa alterna entre la primera y la tercera, siendo llamativo el uso que se hace en el titulado La chica Pazos, en el que se ofrece una simultaneidad de voces que hacen confundir la del narrador con la del personaje central del relato, José Manuel Supiros Dellepiane.

 

Parece que el contexto histórico se centra en los últimos cincuenta años. Sin embargo, en el último cuento que da título al libro, La esposa del Rey de las Curvas, la narración se retrotrae hasta 1944, con la imagen de fondo del gran piloto del automovilismo peruano Arnaldo Alvarado, cuando el personaje principal, Pepo –cuya profesora de piano es una vieja conocida de los lectores de Un mundo para Julius, la hermana Mary Agnes- cuenta con sólo cinco años.

 

Parece que el tiempo interno de la narración oscila según el relato. De este modo, en el primero, La funcionaria lingüista –el cual, tras ciertas entrevistas realizadas al autor en diversos medios periodísticos, muestra un ajuste de cuentas con una de sus ex-mujeres-, la acción narrativa transcurre en una década. Sí se puede considerar generalizado, en todos los relatos, la narración de un hecho que parte de la memoria, anclado en el pasado.

 

Parece que el espacio se ubica, principalmente, en Lima, el barrio de Miraflores con su avenida principal de Salaverry, y en las ciudades europeas de Madrid, Barcelona y Paris. Aunque también aparece la ciudad de La Habana postsoviética, en Un viaje corto y final, donde hasta los amigos, ya desesperados, son capaces de dar el sablazo y Bolonia, en En la detestable ciudad de Bolon-i-a, lugar en el que el personaje Joaquín Sumalavía sufre, tras un fin de semana erótico con Isabella Roffo, una súbita descomposición estomacal que arruina y amarga el recuerdo de su estancia en dicha ciudad.

 

Parece que entre los personajes principales destacan la sórdida Raquel Quiñones, a la que sólo le falta la escoba y el gorro, el obseso compulsivo por la limpieza de los zapatos, Eleodoro Holguín, protagonista de El limpia y la Locomotora o el optimista, repleto de vitalidad, y tan simpático Sandro Bernasconi, alias “Peruvian Apollo”.

 

Dicen que a Juan sin Credo la lectura de estos relatos le ha parecido, a grandes rasgos, entretenida, aunque observa cierta irregularidad en la calidad del conjunto, prevaleciendo al menos tres sobre el resto de los demás. Según su criterio, basado, sencillamente, en su propio gusto literario, los principales relatos del libro son La funcionaria lingüista, Peruvian Apollo y La Esposa del Rey de las Curvas

Dicen que, a veces, a Juan sin Credo le sorprende la capacidad que tiene el escritor peruano de no decir nada durante varios párrafos, creando una soberana sensación de aburrimiento infinito que hace muy difícil la continuidad de la lectura sin caer en el más estremecido de los sopores somnolientos.

(El autor)

Barrio Cero

Barrio Cero

La resaña con seña

 

Se oye comentar a la gente del lugar que Juan sin Credo ha leído la última novela de Javier Reverte, Barrio Cero, galardonada con el Premio Fernando Lara 2010, y publicada por el Grupo Planeta en junio de 2010.

 

Parece que el narrador está en primera persona; su voz está representada por la infatigable Mamá Romero, enésima reproducción de una Madre Coraje. Voz que se convierte uno de los aciertos de la novela, pues la expresión verbal refleja con meticulosa precisión la extracción social y cultural del personaje.

 

Parece que el contexto histórico se centra en la actualidad. En la novela, por ejemplo, se nombran los euros y se muestran algunos otros datos, como las diversas leyes o sensibilidad social hacia la violencia de género, que hacen pensar que la narración se ancla en el presente; en cambio el ambiente de los hechos narrados puede confundirse, más bien con el de la década de los ochenta, cuando la heroína hizo estragos entre los vástagos del proletariado.

 

Parece que el tiempo de la narración acaece en un invierno, pero la novela comienza in media res, justo en el momento que Mamá Romero acuchilla al Coyote. Las dos primeras partes, de las tres en las que se divide la obra, se dedicarán a hacer un recorrido por la biografía de Paquita Romero, que en el momento final de los sucesos narrados cuenta con treinta y cinco años. La última parte, a modo de apoteosis, narra el tiempo que va desde el asesinato hasta el juicio, con todo el ruido mediático que convierte a Paquita en un heroína suburbial.

 

Parece que el espacio se ubica en un barrio obrero de Madrid. En la novela se cita a Vallecas o Carabanchel, aunque el poblado chabolista, punto de venta de la droga, tiene el nombre ficticio de Cerro Misericordia y la Colasa; lugares perfectamente identificables con el gran Centro Comercial de la droga en el que se ha convertido la Cañada Real Galiana, en el límite entre los municipios de Madrid, Rivas y Getafe.

 

Parece que, indiscutiblemente, la protagonista absoluta es Mamá Romero, que lucha infatigablemente por sacar a su hijo Jonathan, con sólo catorce años, de la heroína. Su vida ha estado plagada de violencia; su padre, un gitano pacense, pegaba a su madre, igual que su marido Rubén le pegó a ella, aunque afortunadamente murió atropellado por un automóvil, como consecuencia de una enorme borrachera. Román Iliescu, alias el Coyote, será otro de los canallas de la novela, que abusará sexualmente de Paquita y que, finalmente, pagará con su vida tanta frustración acumulada.

Sin embargo existe un universo de personajes que ayudan a mitigar tan miserable existencia  como la del comisario don Nicolás, un hombre en edad madura que será capaz de otorgar la sensibilidad necesaria para que Paquita termine enamorándose de él. También la abogada Mercedes Carrión jugará un papel importante dentro de los acontecimientos que se sucederán después del asesinato del Coyote.

Otros personajes secundarios son la vecina Espe, el camarero Juanito, del bar El Dorado, el médico don Aniceto o el cura don Lucas; personaje siniestro, perteneciente a la congregación Camino Neocatecumenal, que recibirá una lección, poniéndose en duda de juicio la peculiar visión cristiana de ayudar al prójimo que tienen estas sectas ultraconservadoras.

 

Dicen que a Juan sin Credo esta novela le ha parecido el culebrón del verano, producto de la factoría Disney, con un final féliz, a la vez que cada vez cree, más firmemente, que la mayoría de los grandes premios literarios no valoran la calidad artística, sino la comercial, de las obras narrativas que, en este caso, premian y, por último, piensa que Barrio Cero podría obtener pingües beneficios en los mercadillos semanales y en los supermercados de segunda, tipo Lidl y Día, de los barrios obreros que la misma novela representa.

(El autor)

Contra el viento del norte

Contra el viento del norte

La resaña con seña

Se oye comentar a la gente del lugar que Juan sin Credo ha leído la última novela del escritor austriaco Daniel Glattauer, traducida por Macarena González, Contra el viento del Norte, publicada pore el Grupo Santillana, en mayo de 2010, bajo uno de sus sellos editoriales, en esta ocasión Alfaguara.

Parece que el narrador está en primera persona y se bifurca en dos voces, que establecen una correspondencia electrónica entre ellas. Se puede considerar que el género narrativo al que pertenece la novela se puede encuadrar dentro del epistolar.

Parece que el contexto histórico se centra en el presente, siendo indispensable para la propia existencia de la novela el uso de las nuevas tecnologías. Mientras que el tiempo interno de la narración se sucede en, aproximadamente, un año, aunque se podía rastrear con exactitud, pues se marcá el tiempo transcurrido entre mensaje y mensaje y en algunas ocasiones se cita la fecha.

Parece que el espacio se ubica en el universo virtual. No obstante, el espacio físico desde donde los protagonistas envían sus mensaje puede que sea una ciudad del norte de Europa. Se nombra un conocido café y la dirección del personaje masculino pero no se dice cual es la ciudad. Además los personajes viajan a ciudades como Ámsterdan, Praga, Portugal, Tirol sur, Budapest, Bucarest...

Parece que los protagonistas principales son Emmi Rother y Leo Leike, dos absolutos desconocidos, entrados en la treintena, que establecen un adictiva correspondencia electrónica que les lleva a desnudar la intimidad de sus respectivas vidas; sin embargo no son capaces de verso cara a cara. Otros personajes que deambulan por el curso de la narración son el marido de Emmi, el pianista catorce años mayor que su mujer Bernard, viudo de Johana, y con dos hijos Fiona y Jonas. También aparecerá Mía Lechberger, que siguiendo el motivo de la novela corta, insertada en el Quijote, El curioso impertinente, se enrollará con Leo, lo que provoca los celos de Emmi. Por último se pueden señalar la hermana de Leo, la guapa modelo Adrienne y su eterna novia, exnovia, Marlene.

Dicen que a Juan sin Credo la lectura de esta novela le ha resultado divertida y original, a la vez que demuestra la situación por la que atraviesa el hombre y la mujer modernos, con respecto a las nuevas tecnologías, que, en ocasiones, impide el contacto real, sometiendo las relaciones humanas a una insatisfacción y desnaturalización peligrosa que puede desembocar en el aislamiento absoluto.

 

(El autor)

Cómo viajar sin ver

La resaña con seña

Se oye comentar a la gente del lugar que Juan sin Credo ha leído la última obra narrativa de Andrés Neuman, Cómo viajar sin ver, publicada por el Grupo Santillana en mayo de 2010, bajo uno de sus sellos editoriales, en esta ocasión Alfaguara.

 

Parece que el narrador está en primera persona, ya que el texto encierra su diario de viaje durante el periplo hispanoamericano de presentación de su novela premiada con el Alfaguara 2009, El viajero del siglo.

 

Parece que el contexto histórico se centra en la más ardiente actualidad, el más inmediato presente, y se citan acontecimientos tan candentes como el golpe de estado en Honduras, el pánico desatado por la pandemia del virus N1H1, la muerte repentina a la vez que anunciada de Michael Jackson, así como fechas concretas que colocan la narración en una hoja precisa del calendario.

 

Parece que el tiempo interno se relaciona con los meses que dura la gira publicitaria y que está señalado al pie de la última hoja del texto: Junio-Diciembre 2009, aunque se produce una interrupción entre la visita a México y Guatemala, posiblemente entre finales de agosto y principios de octubre, porque el 20 aniversario de la caída del muro le coincide ya en Guatemala.

 

Parece que el espacio se ubica en todos los países de Latinoamérica en dónde el Grupo Santillana tiene sucursal. Comienza en el Cono Sur, desde el país natal del autor, Argentina, y termina en Costa Rica, recorriendo entre medias diez y seis países más, exceptuando Honduras, viaje que se cancela porque en ese momento la nación atraviesa una situación política convulsa debido a el pulso mantenido entre el derrocado Zelaya y el interino Michelleti. Sin embargo el dato que más se destaca de los lugares señalados son los aeropuertos y los hoteles.

 

Parece que el personaje principal es el propio Andrés Neuman. No obstante, aparecerá una nómina ingente de escritores, en su mayoría, o cineastas, del país que visita sobre los que el protagonista da su visión. Entre tantos se pueden enumerar el paraguayo Carlos Colombino, el mexicano Fabio Morábito, el narrador guatemalteco Carlos López, la escritora de Santo Domingo, finalista del Premio Herralde con su obra Escalera para Electra, Aída Cartagena, el boliviano, Premio Nacional de Narrativa, Wilmer Urrelo o el escritor panameño Guillermo Sánchez Borbón, cuya obra más singular se titula El Ahogado. En definitiva una minúscula muestra del numeroso catálogo de autores que se citan a lo largo del diario.

 

Dicen que a Juan sin Credo la lectura de este texto narrativo le ha parecido una muestra del panorama político, social y cultural desde el punto de vista del conocido narrador argentino, aunque en algunas ocasiones le ha resultado un poco monótono y carente de interés tanto detenimiento en autores y más autores pasados muy superficialmente por el tapiz de unos endebles y muy ligeros hilos críticos.

Dicen que a Juan sin Credo, en cambio, sí le han divertido las ocasiones en las que el autor lanza las puyas, por ejemplo, a la delirante melomanía del pistolón Chávez y su inquietante labor de despedazar cualquier opinión contraria a su régimen autoritario que postula una ideología, igualmente a la  que critica, de un pensamiento único intolerante.

(El autor)

Los amantes

Los amantes

La resaña con seña

 

Se oye comentar a la gente del lugar que Juan sin Credo ha leído la última novela -octava de la serie "Detective CHARLIE PARKER"- de John Connolly, Los amantes, traducida por Carlos Milla Soler y publicada por Tusquets Editores en febrero de 2010.

 

Parece que el narrador se divide hasta en tres voces distintas, una la del narrador principal, que todo lo sabe, en tercera persona. La segunda voz está configurada por la del propio Charlie, en primera. Mientras, la tercera voz, en cursiva, es de difícil atribución; en un primer momento parece que pertenecía al periodista Mickey Wallace, pero con su asesinato su opción se desvanece, presentándose la posibilidad de ser una voz dirigida por los espectros familiares de Charlie -Susan y Jennifer- mujer e hija matadas cruelmente por el asesino en serie apodado El Viajante, hace más de una década.

 

Parece que el contexto histórico se centra en el presente más reciente; diversos datos así lo corroboran, como, por ejemplo, una indicación hacia la campaña electoral del actual presidente norteamericano Obama. No obstante, en ocasiones, la acción se retrotrae para dar cuenta de los episodios sucedidos a Will Parker, padre de Charlie, desde la mitad de la década de los 60 hasta que, en 1982, asesina a la pareja de amantes y acaba, momentáneamente, con su vida. Por otro lado, el tiempo de la narración transcurre en los meses de invierno y el inicio de la primavera; pues en la narración se habla de las nevadas, de la fecha de san Valentín, etc.

 

Parece que el espacio de la narración es múltiple y se disgrega en varios escenarios. Dentro de éstos se pueden señalar el bar The Great Lost Bear, en Portland, lugar donde trabaja Charlie, Pearl River, barrio de Nueva York, donde transcurre la infancia de Charlie, Bensohurst, lugar en el que habita Jimmy o Bay Ridge, el barrio residencial en el cual vivió Charlie con Susan y Jennifer.

 

Parece que el protagonista es, como no, Charlie Parker, el famoso detective, ex policia, que en el momento presente de su última aventura carece de licencia y se dedica a investigar el extraño suceso que llevó a su padre a pegarse un tiro para acabar con su vida. En la segunda línea del escalafón de los personajes, se encuentran Jimmy Gallagher o Eddie Grace, compañeros del padre de Charlie, testigos principales de los extraños acontecimientos que precipitaron el suicidio de Will, el rabino Epstein o el malogrado escritor de la interrumpida biografía no autorizada de Charlie, Mickey Wallace.

 

Parece que tampoco se deberían olvidar las presencias paranormales de los amantes Semjanza y Ammael, encarnados, respectivamente, en último instante, por la atractiva Emily Kindler -asesina entre otros de la familia Faraday y de Melody McReady, así como de su novio Wade Pearce- y por su demoníaca pareja, el antiguo camarero del Great Lost Bear, Gary Maser. Completan el carrusel de personajes los amigos de Charlie, Ángel y Loiuse, su abogada Aime Price, su ex-mujer Rachel, el vecino Bob Johnson, la hija del traidor Eddie, Amanda…

 

Dicen que a Juan sin Credo la lectura de esta novela le ha resultado, en ocasiones, espesa, por la cantidad de personajes y escenarios, así como por la introducción en la trama de asuntos esotéricos que desvirtúan el rigor científico y racional de la investigación, aunque reconoce que al final el escritor ejerce con profesionalidad su oficio, cerrando muy bien todos los flancos abiertos durante la presentación de su proyecto narrativo.

Dicen que Juan sin Credo debería familiarizarse más con las aventuras de Charlie para poder sentir la misma simpatía que tiene hacia la figura del detective alemán Bernie Gunther; en cambio está seguro que nunca podrá ocupar el espacio que guarda en su corazón para el insustituible Pepe Carvalho, personaje preponderante del universo figurativo del recordado Vázquez Montalbán.

(El autor)